Mujeres’ es el nuevo disco de Coque Malla, un trabajo en el que interpreta cada canción a dúo con diez mujeres algunos de sus mejores temas: Leonor Watling, Jeanette, Rebeca Jiménez, Ángela Molina, Laura Gómez, Vilma, Amparo Valle, Alondra Bentley, María Rodés y Anni B. Sweet. Se trata de un disco recopilatorio formado por trece temas que ya ha tocado en solitario y que habla de la relación de Malla con las mujeres.
Se ha escrito de él que estamos ante el Leonard Cohen del indie. Ha ido ascendiendo del estatus de desconocido absoluto al de figura emergente de moda (con su primer disco), de ahí al de icono de culto (con el segundo) después al de artista consolidado (con el tercero, de 2008) y, finalmente, al de estrella con todos los honores (desde entonces a esta parte). Ha trascendido los límites de la escena alternativa -sin perder su aura emblemática en ese mundo- para calar sin problemas en el ‘mainstream’ receptivo con las anomalías.
Lo de Guadalupe Plata no tiene nombre, bueno sí: calidad. Tras haberse recorrido la península ibérica, Europa y Estados Unidos varias veces, han empezado a frecuentar también Brasil y Méjico, los ubedíes van atesorando premios allá por donde pasan. Tras haber sido elegido como disco y concierto del año por la revista especializada Ruta 66, hace un par de semanas estuvieron en Madrid recogiendo el prestigioso premio Ojo Crítico al mejor grupo de música moderna, han sido nominados al mejor álbum independiente en los premios Imas de México y ahora llega el premio IMPALA (asociación europea de sellos independientes) al mejor disco independiente del año. Un premio sorprendente e intimidante por la presencia de los demás nominados: John Grant, Nick Cave, Iceage, Mick Harvey, Boards of Canada, Junip o Sigur Rós entre otros, o el pedigrí de los anteriores ganadores: Adele, The XX, Efterklang . Además, el jurado está compuesto por los sellos independientes más importantes del viejo continente.
En palabras de Mark Kitcatt, director de Everlasting Records y Popstock!, “Su disco destila una gran calidad. Posee un acertado sentido del espacio y tiene un ambiente nocturno, elementos comunes a todas las grandes composiciones de rock’n’roll de la historia”. En las gráficas palabras de Carlos Jimena, batería del grupo: “Cuando se juntan unas buenas palas y ganas de cavar seguro que se hace una buena tumba, eso es Guadalupe Plata, como un puñetazo todo el mundo lo entiende”.
Sobre el fichaje de una banda tan independiente, en el sentido más estricto de la palabra, por un sello independiente, Jimena explica: “No lo habríamos hecho de otra manera, los músicos y la música no son mercancía y creo que esa es la base filosófica de los sellos independientes, siempre hay algo mas”, y sobre la relación entre la banda y Everlasting Records, Jimena explica: “Everlasting y Guadalupe, son de la misma calaña. Tienen una política sobre sastrería en sus contratos, que la convierte en una discográfica de las de antes, nadie hace eso ahora.
Y sobre el futuro que les espera tanto al grupo como al sello, Jimena avisa: “Conjurar a Hound Dog Taylor, nuestro guía espiritual, para que nos llene la sangre de basura y nos ponga las tripas negras.”
Aquí no esperamos a que Hound Dog Taylor les muestre el camino, porque sabemos que ya están al lado del de baldosas amarillas.
El 2013 ha sido un excelente año para la banda sevillana Pony Bravo. Su disco De Palmas y Cacería, grabado en los Estudios La Mina por Raúl Pérez, ha sido elegido como mejor disco del año por Mondo Sonoro y por El Enano Rabioso y forma parte de los primeros puestos en las listas de lo mejor del año de la prensa especializada. Notodo seleccionó Mi DNI como una de las mejores canciones nacionales del año al igual que Altafidelidad.org escogió a El Político Neoliberal como la mejor canción del año.
La crítica social bajo una capa de humor ácido son la tónica del tercer trabajo de los andaluces y en 2014 continuarán su gira por distintos escenarios del país como Jerez, Mallorca, Córdoba, Alicante, Madrid, Valencia, Murcia, Tarragona, Burgos, Zaragoza, Sevilla y Granada.
Una oportunidad excelente para ver el galope del Pony Bravo en Directo.
El tercer disco de los sevillanos Pony Bravo, “De Palmas y Cacería”, en las listas de lo mejor del año:
Mejor Disco Nacional para Mondo Sonoro y El Enano Rabioso.
2º Mejor Disco Nacional para Musiczine
3º Mejor Disco Nacional para Rockdelux
4º Mejor Disco Nacional para Rolling Stone
Entre los mejores discos del año para Radio3, Scanner FM, El País, El Periódico, Jit Parade, Indienauta, Blisstopic, Crazyminds o Shockdown, entre otros.
”Mi DNI” Mejor Canción Nacional para Notodo
”El Político Neoliberal” Mejor Canción Nacional para Alta Fidelidad, también incluida en las listas de Jenesaispop, PlayGround, El Enano Rabioso y Diario Crítico, entre otros.
”Zambra de Guantánamo” entre las mejores canciones nacionales para El Enano Rabioso.
”Ibitza” una de las mejores canciones nacionales para la redacción de Scanner FM y la Revista GQ.
Mejor Directo Nacional 2013 para El Secreto del Olivo y entre los mejores directos para Ruta 66 y Rockdelux.
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MARLANGO EN EL DIEZ DE LA DIANA
Por Benjamín Prado
Como sabe que uno siempre es rehén de lo que odia y dueño de lo que admira, a Leonor Watling le gustan los libros de Pedro Salinas, José Hierro, Wislawa Szymborska, Jaime Gil de Biedma, Paul Valéry o Ángel González, y las canciones de Leonard Cohen, Kiko Veneno, Paolo Conte, Radiohead, Fito Paez, Tom Waits -que le puso a su grupo el nombre de Marlango en su canción “I wish I was in new Orleans” – o Joan Manuel Serrat, en el que descubrieron que también se puede escribir sobre el optimismo; y aunque parezca mentira todo eso se nota en este primer trabajo de la banda en español, que en estos tiempos de crisis, mientras llueve miedo líquido sobre todas las ciudades del planeta, además de abandonar el inglés y arriesgarse a hablar en su propia lengua, tiene el atrevimiento de titularse ni más ni menos que Un día extraordinario. Y no por casualidad, porque es un disco con una carga positiva tan evidente que las tres primeras palabras que se le vienen a uno encima después de escucharlo son optimismo, vitalidad y alegría. La cuarta es sorpresa, porque las canciones que van apareciendo están llenas de destellos, se mueven de sitio según las oyes y te saltan a la espalda una y otra vez, además de intentar ser como aquel ángel de un cuento de Borges que podía volar a la vez hacia el norte y hacia el sur, porque si por un lado suenan radicalmente contemporáneas, por otro tienen un aroma clásico. Y así algunas te recuerdan que no han olvidado a Tom Waits, que se sentiría como un pez en el agua si cantase “Bailando sin querer llegar”, y otras te hacen saber que han conocido a algunos amigos de Fito Páez, quien una noche después de un concierto, entró en su camerino para preguntarles por qué demonios no miraban menos hacia Londres y más hacia José Alfredo Jiménez, Chavela Vargas o Quintero, León y Quiroga, y les retó a que hicieran una canción como “Si yo fuera otra”, que ahora que ya existe todo el mundo creerá recordar de toda la vida cuando la escuche por primera vez: “Ser la sed que no termina, / lo que esconde cada esquina, / el rubor de tu mejilla, / la que espera en la otra orilla,/ ser la dueña de esa sed, / ser la espada y la pared (…) Convertirme en tu guarida, / ser el corte de tu herida, / ser el juez y la condena / y la cura de tu pena.” Un disco es una diana, y esta canción ha dado en el número diez.
En el nueve están otras que saben ser exquisitas sin caer en la bisutería de la elegancia, como “Bailando sin querer llegar”, que entre otras muchas cosas es un buen lema para artistas como Leonor Watling, Alejandro Pelayo y Óscar Ybarra, que aunque muchos pudiesen creer lo contrario en su momento, porque en este mundo siempre hay más gente dispuesta a hundirte el barco que a echarte una mano con los remos, no están aquí de paso sino con la intención de quedarse; o “Dame la razón”, que es otra manera de volver a decir por primera vez que cuando uno busca la felicidad no pide que le tengan cariño, sino que lo quieran, que le hagan perder el equilibrio para que pueda conservar la estabilidad: “Dame razones / para olvidarlas, / mueve mi falda, / dame un porqué. / Dame un regalo / envenenado, / dame tormentas, / déjame arder.” Quizás acordándose de aquello que decía Bob Dylan de que le gustaban las canciones que sonaban “a mercurio salvaje”, la voz con algo mineral en el fondo de Leonor Watling el piano de Alejandro Pelayo, la trompeta de Óscar Ybarra y las guitarras, los vibráfonos, la batería, los banjos, dobros o contrabajos que tocan ellos y Toni Brunet, Vicent Huma, David González, Julian López y Ricardo Moreno, caen como plata líquida sobre esa letra. La producción a la vez sofisticada y cruda de Suso Sáiz y el hecho de que las canciones se hayan grabado al viejo estilo, en directo y con todos los instrumentos a la vez, le da credibilidad al sonido y lo hace más cercano.
Un buen disco es como una buena novela, tiene que tener un personaje que cruce por las canciones y les deje su huella encima, y en Un día extraordinario esa protagonista es la mujer que habla en “Bocas prestadas”, en “Exquisita”, que te busca los pies con una euforia de banjos y contrabajos y te hace correr detrás de ella como quien persigue en broma a sus hijos por un parque, o “Lo que sueñas vuela”, que es un modo de homenajear al poeta Paul Valéry, que escribió para ella un consejo que siempre tiene presente pero nunca había obedecido con la eficacia con la que lo ha hecho es Un día extraordinario: “sé leve como el pájaro y no como la pluma.” Es decir, no te dejes llevar por el viento y elige tú mismo el rumbo. Las dos cosas ocurren en este disco, bien resuelto porque estaba bien planeado, y viceversa. Cuando su música se acaba, uno se siente bien, entiende que las buenas canciones son una medicina para el espíritu y tiene ganas de volverlas a oír. Se lo merecen, por traer un poco de luz y sol a la oscuridad que nos amenaza.